En el silencio de un rey


Aboga por el silencio en respuesta a las malas lenguas. Cuando las palabras son respondidas con palabras, surcan en el mismo nivel. Cuando las palabras se rebaten con el silencio, el espacio vacío que este crea, las hace retumbar o desvanecerse.
Cuida de quien confías, cuida de quien desconfías.


El buen rey gobierna en una buena dosis de silencio. Muchos ansían su posición y no hay mayor respeto que un león posado en su propia calma.


Un silencio de estudio, donde se baraja todo lo que sabe, donde ve las cartas destapadas y conoce cuales son las que aun están por destapar. Un silencio artesanal armado en la forja de la observación sobre las leyes naturales, labrado en el campo del conocimiento sobre las semillas de la causa y el efecto. Así, bien sabe que cuando la gente conoce la causa y el truco, la magia pierde su efecto.

El silencio conserva y el secreto cubre.

En ese silencio también se hallará un lema que será la composición química básica de la fragancia que desprenda y cautive a amigos y detractores, a distantes y semejantes. Causando desconcierto y admiración. Todo girará entorno a esa ley, transpirada, poro a poro, programada en cada una de sus células, desde la última hasta la primera.

Su lema, su ley, será: Cuando se hacen bien las cosas, la gente no está tan segura de si has intervenido o no.


Silencio. Causa y efecto. Mariposas al vuelo.


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