El sentido de propiedad


Se rompen las aguas y brota el primer llanto en esta bienvenida al mundo. Dolorosa desconexión con el refugio, dejando atrás la reconfortante placenta, una sofisticada incubadora obra de la naturaleza, y la comunicación directa con los latidos de la madre, desde dentro.

Amparados por quienes nos quieren, como un rey escoltado por un séquito de secuaces, crecemos, tan lenta como rápidamente.
Aunque no en todos los casos, la ferocidad del mundo nos es aislada en una burbuja de desconocimiento y definiciones sobre la realidad que dulcemente nos cuentan y susurran al oído al realizar preguntas a nuestro mayores sobre lo que vemos, oímos, olemos, tocamos, sentimos...

Cuentos hechos ilusión cual truco de magia, que nos protegen, nos advierten, nos esconden. Cuentos algo distantes de lo que un día viviremos.


Faltos de herramientas en forma de pensamientos y reglajes interiores por la escasa experiencia de lo vivido, nos forjamos bajo las condiciones del entorno, entre los amores de los nuestros y las envidias de los que dicen serlo. Condiciones y factores que nos influyen, tan tan amplios y combinables entre sí, que hacen de cada ser, habitante en esta Tierra, alguien único.



Así como único que es, también deberá descubrirse soterrado bajo las capas de esa cebolla que lo han formado.



"Tienes que estudiar" "Tienes que trabajar" "Si no cambias te dejo" "Los de derechas son unos fascistas" "Los de las izquierdas son unos falsos y unos hipócritas" "El dinero no da la felicidad" "El dinero no da la felicidad pero prefiero llorar sobre un Ferrari" "De bueno eres tonto"

Y un infinito e indefinido, largo y eterno ETC...

Desgranando las trampas habitantes en la delgada línea entre lo verdadero y lo falso, la mentira y la verdad.



El conjunto de experiencias, que se presentan ante sí, son un traje perfectamente ajustado y hecho a medida de lo que es y quien es, también para lo que requiere adquirir en el avance por el camino que debe trazar.



El mundo le es propio, y en la correcta actitud por salir hacia adelante, escuchando el sentido interior de lo que surge de dentro de si mismo, deberá hacer caso omiso a los impedimentos y trabas que se interponen bajo perspectivas que le hablan sobre lo difícil y lo imposible.

Los potenciales y los defectos, no hay nadie que tenga más información sobre ti mismo que tu. La totalidad de lo vivido, sin excepción, es enteramente propia a uno. Un mapa sin neblinas y todas las piezas del puzzle.



Si el corazón es noble, cultivado y protegido en lo férreo, anclado en el saber de lo que se siente, arreglado a partir de lo que solo uno sabe de si mismo, descubrirás que:

"Caminante no hay camino, se hace camino al andar"



Y que el traje de uno no siempre encajará en las figuras de los demás.

Propiedad.


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